Sobre cómo abordar el otoño entre lo que se ha perdido y lo que se ha encontrado. No mirar el pasado. Olvidar el futuro. Cicatrizar la verdad hasta que el hígado aguante y las piernas sostengan. Un punto de apoyo casi despierto rendido a las delicias del trueno. Trenes en despedida sobre una canción de cuna. Ese veneno rudimentario que oculta la razón y el impulso reiterado de refugiarse más allá de la lluvia. Esconder una semilla de golondrina frente al mar, sin abandonar la espuma en el vaivén de los astros.
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