a Natalia
Haber elegido imaginarte
en vez de intentar llegar
hasta donde estabas
Haber soñado el canto de tus ojos tiza
desviar tu atención hasta mi sombra
sin modo quererte como se quiere
una luna una desconocida
Caminar sentir sostenerte
por cuadras y soles azules
Buscar donde no se busca
dormir frente a tu espejo
jugar a la lluvia
intentando que nada se rompiera
Tu boca rozándome el corazón
un cielo donde pisabas rosas blancas
donde cada ruina sobrevive
Volver hacia tu piel entre tormentas rotas
y de nuevo la nostalgia
y la sensación de perder
lo que jamás se ha tenido
Esa orilla es un pueblo que crece
el ayer
un alambre de púas
Una voz debajo de otra voz
constelaciones
alrededor de tu vientre
alrededor de tu vientre
entre palabras nocturnas
El grito rojo de la espera
se enciende y brota inmóvil
Tus ojos caminarán
allí donde no hayas mirado nunca