Julio Cotázar

Julio Cotázar

lunes, 18 de julio de 2011

40 años de rock Nacional

En los albores de la música rock en Argentina, el público que lo siguió a través del tiempo, desde luego fue partícipe de sus actos, sus costumbres y hasta se sintieron identificados con su manera de pensar, de vestir y de vivir la vida. A mediados de la década de 1960, el rock era marginal, algo que muy pocos escuchaban, menos seguían. No era difundido, no era promocionado, la gente que lo descubría se juntaba en las casas a compartir sus discos y sus historias. Eran los comienzos del rock en castellano, las bandas comenzaron a sonar en garajes, a escondidas. Cantaban covers principalmente de The Beatles o en su menor medida de los incipientes The Rolling Stones, que aún no habían grabado temas propios. Durante gran parte de esa década eran una banda de blues buscando su camino de expresión.
En Junio de 1967 se editó “La Balsa” de Los Gatos, compuesta por Litto Nebbia y Ramses VII o “Tanguito”, en el baño de “La Perla” del barrio de Once. A partir de ese momento la banda creció repentinamente en convocatoria llenando todos los lugares donde tocaban. El estilo beat de Los Gatos enloqueció a un público ávido que descubría que el rock podía ser cantado en nuestro idioma. Durante ese año vendieron más de 250.000 copias con el simple “La Balsa” en el lado A y “Ayer nomás” en el lado B, un tema re-interpretado por Los Gatos a partir de su versión original compuesta e interpretada por Moris. En esa época un jovencísimo Luis Alberto Spinetta, junto a sus compañeros de colegio del barrio porteño de Belgrano, Edelmiro del Guercio, Edelmiro Molinari y Rodolfo García, fundaba Almendra, sencillamente un respiro de luz, belleza y poesía para un público siempre perseguido y apartado en una sociedad que crecía entre golpes militares y manifestaciones con represiones masivas de gran alcance nacional como fue “el Cordobazo” en mayo de 1969. Manal y Vox dei estaban dando sus primeros pasos en esta época con un lirismo y trato de la música desbordante para la época. En la orilla, del otro lado del atlántico, en la ciudad de París, se llevaba a cabo una manifestaciòn que recorrería el mundo hippie de esos años, el mayo francès, lo que provocó cambios realmente decisivos en la sociedad.
Comienza 1970 y el rock se llena de furia con Pappo tocando en La Pesada de rock `n roll y luego formando un trío junto a Black Amaya y David Lebòn llamado simplemente Pappo`s blues. Su gente ya identificada con su estilo y sus letras ensancha la capacidad de asombro junto a su maestría con su guitarra y su manera de mirar el mundo.
El estallido social va a comenzar con un episodio siniestro en la República Argentina, el secuestro y posterior asesinato de Pedro Aramburu, responsable de la desaparición del cadáver de Evita y de los fusilamientos de militantes peronistas en un descampado de León Suárez en 1956. Esto inicia el primer movimiento guerrillero con Montoneros. En tiempos violentos y veredas sin distinción, el rock iba a ser un sostén de realidad y conciencia para aquellos que lo siguieron. De pronto, los recitales se realizaban por la mañana sólo sábados y domingos. La barba y el pelo largo eran siempre sospechosos, obligados a cacheos e interrogatorios sin sentido. Andar de noche se había vuelto peligroso.
Dos compañeros de colegio oriundos de Caballito forman una de las bandas más recordadas y emocionantes del rock argentino, Sui Generis. En 1972 lanzan su primer álbum, Vida, y una ansiada esperanza se apodera en los jóvenes. “Poco a poco fui creciendo y mis fábulas de amor se fueron desvaneciendo como pompas de jabón”, cantaba un iluminado García. Temas en formato Folk, letras para una generación aturdida y sombreada en un constante malestar. Luego vendría el maravilloso “Confesiones de invierno” y al año siguiente “Pequeñas anécdotas sobre las instituciones”, con varias canciones censuradas, para luego culminar en 1975 con un mega-retal en el Luna Park ante más de 25.000 personas. “Y si bien yo nunca había bebido / en la cárcel tuve que acabar. / La fianza la pagó un amigo / las heridas son del oficial., cantaba García desde el escenario con un público que le agradecía en aplausos. Mientras tanto Luis Alberto Spinetta formaba “Pescado rabioso” con riffs de guitarra distorsionados y un sonido mucho más directo que su banda anterior. Luego formaría Invisible, un trío potente y ancestral a la vez, con una base rítmica que mezclaba rebeldía con virtuosismo. El debut de la banda en público fue en el Teatro Astral en Noviembre de 1973. Ante un público fascinado con el nuevo grupo del flaco.
La década de 1980 iba a empezar opacada, con una dictadura que había hecho un destrozo moral inusitado para la época, con un grado de violencia y represión sin precedentes. El dictador de turno, Leopoldo Galtieri, en abril de 1982, tuvo la nefasta idea de querer recuperar las Islas Malvinas al país menos indicado, Gran Bretaña. Durante esos meses sólo se podía difundir por la radio música nacional; músicos como León Gieco y Juan Carlos Baglietto, entre otros, fueron difundidos como nunca antes lo habían sido con un público cada vez más perseguido y perdido a la vez.
En Diciembre de 1983, con el advenimiento de la democracia, comenzó lo que se diò a llamar una nueva etapa; bandas como Virus, Soda Stereo, Sumo, Los Violadores o Los Redonditos de ricota, comenzaron a tener una importante convocatoria en lugares como Zero o Einstein, pubs donde todo estaba permitido y una nueva página en el rock se estaba escribiendo. Un público expectante y desinhibido disfrutaba de un momento que esta destinado a ser historia.
Los años 90 siguieron con nuevos excesos y el hedonismo pop se adueñó de nuestras costumbres. Bandas de todas las latitudes llegaron a estas pampas opacando las bandas de acá, y su público se fue reformulando y mutando a través de los años. También es verdad que la tecnología a nuestro alcance y el grado de masividad de bandas nacionales llenaran estadios.
El público siempre se auto declaro muy roquero y como un perro andaluz para sus bandas preferidas, sin dejar de lado su aguante y hermandad.

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