Julio Cotázar

Julio Cotázar

sábado, 12 de julio de 2014

Un paso más

Y pudo nomás. Argentina pasó a la final a puro aguante y resistencia. Un partido pensado sobre todas las cosas. No hubo demasiadas situaciones de gol para ninguno de los dos equipos, tampoco faltas. Fue un partido que se debatió en la mitad de la cancha. Donde el respeto era mutuo, distante. El equipo argentino de la mano de Sabella pasó a una final de la Copa del mundo después de 24 años. Es difícil no poner el corazón delante de todo. Los penales fueron como lo que son, un nervio detrás de cada tiro al arco. De aquí en más, en palabras del periodista Gonzalo Bonadeo, “ceder la fe es algo absurdo”. ¿Qué sentido tendría? Un paso más hacia la victoria. Argentina se quedó con el resultado a favor porque fue más que Holanda. Digamos que creció en cada partido hasta aquí.  Tuvo un comienzo flojo desde lo táctico y ofensivo. Luego se fue dando cuenta de ciertas cosas y pensó cada paso que dio. El resultado fue estar una vez más en una final. Lo cual no es poco. Si vamos al equipo en sí,  hoy todos son eso, un conjunto homogéneo que se fue conociendo, sosteniendo y alentando día a día. Después los resultados a favor pudieron soslayar cualquier error. Mascherano una vez más dio muestras de sacrificio, tenacidad y voluntad. Dentro y fuera de la cancha, es un auténtico motivador capaz de derribar cualquier obstáculo. Romero, la gran figura a la hora del tiro de los siete pasos. Holanda nuevamente se quedó a mitad de camino y no pudo con una Argentina decidida a ganar hasta el último minuto. Ahora, frente a Alemania, sólo le queda un paso. Aunque es verdad que el equipo europeo se mostró superior durante todo el mundial, nada está dicho y el campeonato puede estar para cualquiera de los dos. Será el domingo. Argentina y Alemania es la tercera vez que se enfrentan en una final. La primera vez fue en México 86, con el Campeonato del mundo para Argentina, luego en Italia 90 fue para Alemania, ahora en Brasil 2014 habrá que desempatar. Pero todo lo hecho hasta aquí para el equipo sudamericano fue con confianza y a puro corazón. Adelante muchachos. La historia los está esperando.

miércoles, 9 de julio de 2014

Brasil 2014

Horas antes de Argentina Holanda

Hasta aquí muy poco. Digamos que el equipo argentino no jugó con grandes rivales. De ahí la incertidumbre para mañana. Frente a Holanda se sabrá la casi definitiva verdad del equipo de Sabella. De ahí en más hay sólo un paso, el definitivo. Pero me quiero detener hoy, esta noche nerviosa de julio. Y pensar en palabras. Si analizamos a la Argentina, la primera ronda fue mala. Jugó con equipos fáciles y de bajo nivel en el manejo de pelota. Fueron tres partidos, tres victorias. Bien. Después Suiza, que nos hizo sufrir durante todo el partido y terminó con una pelota en el palo nuestro en el último minuto. Luego Bélgica, quizás el partido más equilibrado si no hubiese sido por el temprano gol de Gonzalo Higuaín, más uno que no fue de él mismo, más la jugada de Messi que prefirió patearle al arco antes de amagarle al arquero e irse por la derecha.  Argentina no demostró gran fútbol hasta ahora, pero en un Mundial, el resultado a favor tapa todo. Insisto, no jugó frente a un gran rival. Pero mañana va a tener uno. A medida que el equipo avanzaba, esto iba a ser inevitable. El equipo albiceleste no  sólo no demostró, sino que tampoco convenció del todo y esto porque sigue ganando la incertidumbre de enfrentarnos a un equipo de verdad, como Holanda y si llega a ganar, contra el mejor equipo de este mundial Brasil 2014, Alemania. Lo de Brasil fue un caso aparte. 7 Alemania, 1 Brasil. No voy a decir que Alemania fue superior en todo momento, ni que Brasil no encontró en ningún momento el partido. Es muy deforme como resultado. Una verdadera tarde negra para Brasil en suelo local. Aquí hubo una falla que excede lo futbolístico. A Brasil se lo veía totalmente desconcertado. No tenía ganas de jugar al fútbol. ¿Qué habrán pensado minutos antes en el vestuario? ¿Querían ganar este partido? Ganado este partido venía la final y con ellos, la sombra de aquella derrota indeleble de 1950 en el mismo Maracaná contra Uruguay. Brasil no quería jugar ese partido. Y Alemania se lució sin demasiado esfuerzo. Insito, aquí hubo un problema no sólo anímico sino principalmente psicológico para Brasil. Parece ser que no les importó la historia, ni ser locales, ni haber ganado 5 veces la Copa del Mundo. Ni haber tenido excelentes jugadores vistiendo la camiseta amarilla. Ni los miles de hinchas que estaban presenciando una masacre histórica. No les importó. No querían jugar ningún partido. Ni frente a Alemania ni frente a ningún otro equipo. Lo lamento por ellos, sus familias y toda la gente que estaba allí presente. Ante todo cuando la cámara enfocaba a todos esos chicos llorando. La historia verdaderamente los juzgará. Hoy nadie es del todo conciente de ello. Volviendo al  partido de   Argentina frente a Holanda, los 11 de Sudamérica se hunden en la incertidumbre. Argentina llegó hasta aquí como en una especie de nebulosa a la que no se supo definir. Ahora se va a saber la verdad. Sabemos que, de no seguir, nos tocaría jugar contra Brasil por el tercer puesto. Pero ese no era el sueño. ¿En realidad queríamos jugar la final con el equipo local no? No va a poder ser. Holanda tiene la personalidad de los campeones. Hasta aquí tuvieron que atravesar algunas dificultades, como todo equipo grande que quiere llegar hasta lo último. Argentina en cambio, tomó algunas buenas decisiones, otras cosas le salieron bien. Y el resto es mérito de individualidades realmente destacables, como Mascherano, para mí, el mejor jugador de este Mundial.  El sol ya se acerca. Puedo ver el equipo allá lejos en un horizonte difuso pero electrizante. ¿Podrá Argentina hoy?