Julio Cotázar

Julio Cotázar

domingo, 11 de marzo de 2012

Roger Waters en River Plate

El muro de los lamentos

Uno se queda sin palabras en el mismo instante donde antes de empezar el concierto busca la pantalla habitual a los costados del escenario. Simplemente no hay nada, todo lo ocupa ese muro de lado a lado. Llega hasta la platea y uno se pregunta si después se caerá, se encenderá. Durante estos días me ahuyenté de escuchar o leer cualquier comentario sobre este bendito concierto. Ni siquiera volver a mirar esa película que habré visto 20 veces en mi adolescencia o escuchar una vez más The Wall, disco doble y con un sonido jamás logrado por ninguna otra banda. Ya sabemos que es una obra maestra, creada por un solo hombre de nombre Roger Waters e interpretada por Pink Floyd. Banda de la que decidió alejarse luego del espeso "The Final Cut" de 1983. The Wall fue lanzado a fines de 1979. Es una obra conceptual, que conforma un disco doble. El cantante, bajista, y líder del grupo, se refiere a sus obsesiones y vuelca su pasado en forma de laberintos que incluirá la muerte temprana de su padre en la Segunda Guerra Mundial, cuando él tenía apenas 4 años, la sobreprotección de su madre, el engaño de su esposa con otro hombre y su denuncia al sistema educativo. Los otros miembros de la banda, David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright, aceptarían este material para trabajarlo entre todos sabiendo que era una obra creada exclusivamente por Roger Waters. Su manera de mostrarlo fue verdaderamente especial. Toda su vida se presentaba en este disco como un eterno viaje o más bien como una huida de un mundo opresivo, que intentaba convertirte en una máquina de la que será muy difícil escapar. Pareciera decir Waters con esa obra. “Este soy yo, pero no quiero exponerme, no tengo la suficiente confianza, tengo miedo, no puedo sostenerlo ante todos”. Entonces construye un muro entre el y la sociedad para poder describir sus lamentos desde una soledad que no cubrirá ningún ser humano en esta tierra. En su momento fue muy difícil enfrentar los costos de la gira, y la salida de Waters de la banda poco tiempo después, frustró cualquier posibilidad de poder ver realizada esta obra en vivo. De modo que más de 30 años después de su lanzamiento, el creador de este disco pensó que era momento de volver hacia su propio pasado una vez más y plasmarlo en la actual gira que lo trajo a Buenos Aires. El estadio de River Plate se eligió como destino para la presentación de The Wall con un Waters más sociable que en sus años de Pink Floyd, agradeciendo a su público y mostrándose varias veces ante los presentes. Esta obra sencillamente lo redescubre en su propia fatalidad sosteniéndolo entre sus propios demonios, que logró sacar de sus entrañas haciéndole crear una de las obras más trascendentes del siglo XX. Por supuesto, imperdible concierto. Un viaje al lado oscuro de la luna gratis. Con los ojos bien abiertos y los oídos atentos.