La quinta maravilla
“Ahora el sol se ha ido al infierno
y la luna cabalga allá arriba
Dejame ofrecerte mi despedida
todo hombre tiene
que morir
Pero está escrito en las estrellas
y en cada línea de tu palma
Somos tontos en hacer la guerra
a nuestros hermanos en armas”
Brothers in Arms
Hay discos que soportan el paso del tiempo. Hay sensaciones
que perduran siempre en uno. Brothers in Arms (1985) de Dire Straits es un ejemplo. Tenía 21 cuando lo escuché por
primera vez con atención en formato CD. Lo primero que me impactó fue el
sonido, me refiero a cómo está grabado. El complejo trabajo en el estudio de
cada uno de sus integrantes que conforman a la banda, súper inglés y
sofisticado. Con el inconfundible sonido de la guitarra a cargo de Mark
Knopfler adelante, la banda es un destino seguro de perfección y buen gusto. Dire
Straits deja en claro que habían llegado a su máxima interpretación creativa.
No dejaron nada al azar. Tres años son lo que lo separan de su anterior trabajo
discográfico en estudio, Love Over Gold
(1982). Brothers in Arms impacta
sobre todo por su perfección, en tiempo y espacio, en cada una de sus nueve canciones. Es un
disco para escuchar con auriculares y deleitarse hasta la más infinita belleza
sonora. Dire Straits es una banda que inicia su carrera a fines de la década
del ´70 con el eterno liderazgo de su cantante, principal guitarrista,
compositor y productor artístico de todos los discos de la banda, Mark Knopfler
(Escocia, 1949). Brothers in Arms
llegó con varias sorpresas, esta vez el único guitarrista que figura en los
créditos es Knopfler e incluye a dos tecladistas, Alan Clark y Guy Fletcher,
integrantes que se quedarían hasta la disolución del grupo en 1995. Como
ingeniero de sonido, el experimentado Neil Dorfsman y ganador del Grammy en ese
año por este disco. Y un dato más, la canción más difundida del disco, Money
for Nothing, y su inolvidable video, cuenta con la participación en voces de
Sting, además de compartir el crédito en composición junto al mismo Knopfler. El
resto de la banda la integraban el bajista John Illsley, único miembro fundador junto a Knopfler y en
la batería Terry Williams y Omar Hakim, éste último formó parte de la gira de
Sting como solista en Bring on the night al año siguiente. Quizás Brothers in Arms reúne las mejores
canciones jamás reunidas en un Long Play y además demuestra la adultez y
evolución de una banda que necesitaba un disco así. Este es su quinto disco en
estudio, y sus anteriores trabajos discográficos son un camino, una guía de
aprendizaje con excelentes resultados para concluir y luego seguir en el
siguiente disco, y último hasta la fecha, On Every Street (1991). La siempre
inconfundible guitarra de su líder y su manera de tocar el instrumento sin púa,
hacen de esta banda, un sonido único, exquisito y que siempre vale la pena volver
a escuchar. En síntesis, Brothers in Arms
demuestra una complejidad rica en armonizaciones y arreglos y alcanza una pureza
altamente demostrada en un disco que no pierde vigencia.
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