Julio Cotázar

Julio Cotázar

lunes, 17 de marzo de 2014


Poema sobre un silencio abandonado                                                                               




Perderse entre la luz honda y cómplice
describir la sonrisa alta de vos reina mujer
sortear el ávido cristal de la esperanza
como un afín hacia esa otra llave
que abra el desencuentro del fuego

Jugar a las palabras que conservan todavía
la no revelada conciencia remota y añorada
sostener una mano ante la corrupción de lo que seremos
adherirse a la tierra más que a nada en vacíos de la fe

De vos sólo pienso el silencio y aquel gesto
de alta recova repartida en la vereda solitaria
eres la perdición que le reclama al mundo
antigua ternura en tiempo y destino suave

El borroso telescopio de la noche nos vio
andar los mismos pasos bajo una misma sombra
puedo sentir el dolor sagrado del azar desparejo
la lenta galería que transitamos
en aquel río teñido de asfalto noche

Los grises en tus pacientes ojos
son la columna de este hombre que sueña
disperso en una ciudad callada e impar
un destierro sobre un casual deseo en laberintos

Inventamos el idioma ante el asombro prodigio
aún ese instante no terminaba
no cesará este universo de colores y silencios
tu cara conserva el aprendizaje violáceo de los dioses

Nos inventamos el sueño como huída temprana
yo no comprendo cómo pasan las cosas
el vasto ayer que me declama
la dimensión oscura al borde del tiempo

Cada objeto de esa única noche lo cubre el llanto
fue también una lanza viajera e interminable
la muchedumbre clara nos engaña inseparables
el infinito ocaso empieza por decirme tu nombre

Las voces entrelazadas que la memoria agradece
el sufrido resurgimiento que todo lo atraviesa
despertaré y no habré visto tu futuro interminable
nadie puede vernos en este confuso horizonte

Ahora creo haberlo imaginado
o no



Sábado 15 de marzo de 2014

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