Y pudo nomás. Argentina pasó a la final a puro aguante
y resistencia. Un partido pensado sobre todas las cosas. No hubo demasiadas
situaciones de gol para ninguno de los dos equipos, tampoco faltas. Fue un
partido que se debatió en la mitad de la cancha. Donde el respeto era mutuo,
distante. El equipo argentino de la mano de Sabella pasó a una final de la Copa
del mundo después de 24 años. Es difícil no poner el corazón delante de todo.
Los penales fueron como lo que son, un nervio detrás de cada tiro al arco. De
aquí en más, en palabras del periodista Gonzalo Bonadeo, “ceder la fe es algo
absurdo”. ¿Qué sentido tendría? Un paso más hacia la victoria. Argentina se
quedó con el resultado a favor porque fue más que Holanda. Digamos que creció
en cada partido hasta aquí. Tuvo un
comienzo flojo desde lo táctico y ofensivo. Luego se fue dando cuenta de
ciertas cosas y pensó cada paso que dio. El resultado fue estar una vez más en
una final. Lo cual no es poco. Si vamos al equipo en sí, hoy todos son eso, un conjunto homogéneo que
se fue conociendo, sosteniendo y alentando día a día. Después los resultados a
favor pudieron soslayar cualquier error. Mascherano una vez más dio muestras de
sacrificio, tenacidad y voluntad. Dentro y fuera de la cancha, es un auténtico
motivador capaz de derribar cualquier obstáculo. Romero, la gran figura a la
hora del tiro de los siete pasos. Holanda nuevamente se quedó a mitad de camino
y no pudo con una Argentina decidida a ganar hasta el último minuto. Ahora,
frente a Alemania, sólo le queda un paso. Aunque es verdad que el equipo
europeo se mostró superior durante todo el mundial, nada está dicho y el
campeonato puede estar para cualquiera de los dos. Será el domingo. Argentina y
Alemania es la tercera vez que se enfrentan en una final. La primera vez fue en
México 86, con el Campeonato del mundo para Argentina, luego en Italia 90 fue
para Alemania, ahora en Brasil 2014 habrá que desempatar. Pero todo lo hecho
hasta aquí para el equipo sudamericano fue con confianza y a puro corazón. Adelante
muchachos. La historia los está esperando.
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